sábado, 26 de diciembre de 2009

No necesito explicarte

Acá va una publicación a modo de ensayo de un poema compartido. Compartido, si, porque, después de ir y venir, y de escribir y reescribir, surgió un poema... y porque lo escribimos a medias con una amiga bloggera - Laura - a medias, no, me rectifico: en conjunto, porque las cosas a medias, a medias quedan. Acá va, y bueno, se darán cuenta: lo rosa es de ella, lo blanco es mío... y el todo: el todo es nuestro.

No creo que suceda algo extraño
Sabés: yo tampoco.
Es el amor que juega inquieto
Y revuelve el estomago cual si anidaran mariposas.
Habita en cada palabra que decimos,
En cada silencio, en cada orilla.
Nos devora sin darnos cuenta,
Nos arrastra, nos aventaja, nos da treguas, nos las quita.
Se va llevando nuestros pudores
- ¿Adónde? - No importa, déjalos que marchen. ¡Déjalos!
Y nos deja desnudos, expuestos,
Abiertos, simples y abrazados.
Con la fragilidad de los que se entregan,
Con la sensación de estar volando.
Sin temor, sin pensar, solo sintiendo
Creyendo que hoy es hoy… y siempre.


Mientras te sirvo un café, uno más,
Mientras mi mano reposa en tu espalda abierta.
Me guardo tu mirada
Me guardo tu respiración.
La necesito para cuando te alejes.
La necesito para cuando me asfixie la soledad.
Exagero un poco, lo sé.
¿Exageramos?, ¿o estamos jugando?
Porque nunca te vas del todo
Porque aquí es mejor que antes y a futuro.
Porque tu amor siempre vuelve
Vuelven las golondrinas, yo nunca me he marchado.
y cuando aparece lo hace con fuerza,
como el viento en la ventana de tormenta.
se clava en el pecho
se enciende, estalla y grita.
se mete en la sangre,
se cuela en el hueco sagrado de tu sexo.


vos sabés de lo que estoy hablando
lo tengo claro. Estamos en esto juntos.
no necesito explicarte…..
Aquí, entre nosotros: nada es necesario.

sábado, 19 de diciembre de 2009

El regreso

Han pasado las horas,
se han evaporado en claustros
sus minutos agonizantes
y la nieve hiela sus piecitos pequeños.
Han llorado las agujas
de un reloj mudo
en una catedral ciega.
Y sus manos angulosas calladas expiraron.

Han quebrado las páginas,
manchado, evocado, derrotado,
todos los días de un mes maldito
que a gritos fue diluyéndose en el aire.
Han ahogado en toneles
las desventuras de un prisionero
en huida solitaria e infinita.
Han vueltole a encarcelar, pobre hombre.
¿Qué pecado ha combatido?

¿Y yo?

Yo que he desviado el camino,
me encuentro herrando,
perdido y sin rumbo.
Pero he de volver, te lo aseguro,
aunque sean mis últimas horas
las que pase contigo.
Y estarás ahí, lo sé,
y yo habré vuelto por ti.
Porque te amo.

Lejos, el amanecer.

Mírame por si me despiertan en la noche
las alas del ángel de la muerte,
y tómame la mano. Tómamela con fuerza,
para que no me arranque de tu lado.

Ríe si de pronto me encuentro desnudo
frente al espejo y preocupándome
por mi estomago en expansión.
Ríe para que olvide pensar en cosas vanas.

Abrázame si adviertes que extraño
las horas de aquellas tardes libertinas,
y protégeme de saltar al vacío de un quinto piso.
Protégeme con el amor de tus manos pálidas.

Háblame cuando creas que estoy perdido.
Grítame al oído si lo crees necesario.
Y dirige todas las mentiras de mi garganta
a una región de desterrados.

Que yo sabré ver a través de tus ojos
esas garras asesinas que me contaminan,
y me levantaré como torero en la estocada
para llevarnos lejos. Tan lejos como un amanecer.

Pasatiempos - Poesía. 1era función: la casa invita.

Espacio destinado a publicar algunas salidas de un aficionado poeta, escritor, delirante... Aquí podrán encontrar al amor, la libertad, el destierro, la mentira, alguna que otra verdad y al silencio... pero por sobre esas cosas, también encontraran eso que sobra en mi tiempo (o que a veces me hace tanta falta), las horas perdidas en estos pasatiempos.

Sepan disculpar si no convenzo, no busco eso... Sólo quiero caminar sobre las baldosas en un día de lluvia.

Nota al margen: antes de entrar, por favor, deje el sombrero en el perchero, quítese el sobretodo, póngase cómodo... trataremos de hacerle la función a su gusto. Caso contrario, solicite el libro de quejas en la puerta de salida.